Carlos Quesada la Rosa, un hombre de 55 años de edad nacido en Cuba, ha encontrado su hogar lejos de casa en las calles de México, específicamente en Xalapa, donde lleva residiendo cerca de 25 años. Su instrumento de elección es el saxofón, al que cariñosamente llama "Cronos", y su escenario es la acogedora atmósfera exterior de la cafetería Don Justo. Hace una década que Carlos se aventuró a compartir su música con el mundo, y desde entonces, su saxofón ha sido su voz, su compañero constante en este viaje melódico por las calles de Xalapa.
La inspiración de Carlos surge del reconocimiento y la gratitud que recibe de aquellos que detienen su paso para escuchar su música. Las palabras de aliento y las generosas contribuciones de los transeúntes son la fuente de energía que impulsa su arte y lo motiva a seguir compartiendo su pasión con el mundo. Sin embargo, más allá de la gratificación externa, es la conexión íntima que establece con su música lo que le otorga una profunda satisfacción. Tocar el saxofón es más que una forma de expresión artística para Carlos; es una experiencia transformadora que lo transporta a un estado de serenidad y plenitud.
Además de ser un talentoso músico callejero, Carlos también es un apasionado maestro de inglés. A través de su pequeño salón de clases en línea, comparte su conocimiento lingüístico con estudiantes ávidos de aprender. Esta dualidad de roles refleja su firme creencia en el poder del arte y la educación para enriquecer nuestras vidas cotidianas. Para Carlos, el arte no se limita a las manifestaciones tradicionales; está presente en cada interacción humana, en cada momento de enseñanza y aprendizaje.
A pesar de su aparente éxito como músico callejero, la vida personal de Carlos no ha estado exenta de desafíos. Como autoproclamado solitario, ha encontrado en su música una conexión invaluable con el mundo que lo rodea.
Su capacidad para forjar relaciones significativas a través de su arte es testimonio de la universalidad del lenguaje musical. Además de su pasión por la música y la enseñanza, Carlos también disfruta explorando nuevas disciplinas y habilidades. Con tres carreras truncas a sus espaldas y una variedad de intereses, demuestra una sed insaciable de conocimiento y crecimiento personal.
A medida que Carlos se sumerge en su práctica musical diaria, encuentra consuelo y propósito en el acto de crear belleza y armonía en medio del caos urbano. Su próxima empresa, el evento "Meditación Consciente", es un testimonio de su creencia en el poder curativo de la música. Carlos entiende su papel como más que un simple intérprete; él es un sanador, un catalizador de paz y tranquilidad en un mundo frenético.
Aunque muchos lo considerarían simplemente un músico callejero, Carlos se ve a sí mismo como mucho más que eso. Es un lector de partituras, un buscador de conocimiento, un guardián de la tradición musical y un innovador en su propio derecho. Su dedicación a su arte no solo es un medio de sustento, sino una expresión de gratitud hacia el universo por el don de la música.
Para aquellos que deseen conectarse con Carlos y experimentar su música en persona, él ofrece su contacto a través de WhatsApp +523325649104 y su cuenta de Instagram. Estos canales de comunicación no solo sirven como medios para promover su arte, sino también como puentes para construir relaciones significativas con aquellos que comparten su amor por la música y la vida.
En resumen, Carlos Quesada la Rosa encarna la esencia misma del espíritu artístico: pasión, perseverancia y un profundo compromiso con la creación y la conexión humanas. A través de las notas de su saxofón, él trasciende las barreras del lenguaje y la cultura, tocando los corazones de aquellos que tienen la suerte de escuchar su melodía en las calles de Xalapa. Su legado perdurará en la memoria de quienes lo conocieron como el hombre que convirtió las calles en su escenario y la música en su lenguaje universal.
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